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today05/10/2022 32
Este martes, Biden tiene previsto un discurso para abordar el tema de la inflación, uno de los asuntos que más preocupa a los estadounidenses y que promete complicarles a los demócratas la campaña para las elecciones de mitad de periodo al Congreso.
El presidente Joe Biden prepara un importante discurso para este martes que busca abordar el problema de la inflación, que se ha transformado en una de las mayores preocupaciones del gobierno, a pocos meses de las elecciones de mitad de período con las que se definirá el control del Congreso.
En un comunicado difundido a primera hora de este martes, la Casa Blanca subraya que la intención del plan antiinflacionario del presidente Biden apunta a “reducir los costos a los que se enfrentan las familias y disminuir el déficit federal pidiendo a las grandes empresas y a los estadounidenses más ricos que paguen su parte justa”.
“Una de las principales maneras en que el Congreso y el poder ejecutivo pueden actuar para reducir la presión de los precios es reduciendo el déficit presupuestario federal”, subraya el texto, en el que se plantea “que los estadounidenses más ricos y las empresas más grandes paguen su parte justa, incluso a través de un nuevo impuesto sobre la renta mínima de los multimillonarios”.
Según el comunicado, el déficit federal aumentó cada año durante la administración de Trump, en parte “debido a un recorte de impuestos imprudente y no pagado de 2 billones de dólares que beneficia a los estadounidenses más ricos y a las corporaciones más grandes”.
La Casa Blanca afirma que en el primer año de gobierno de Biden se redujo el déficit en 350,000 millones de dólares y actualmente está en vías de recortarse con otros “1.5 billones de dólares este año”.
Pese a que otros indicadores económicos arrojan ‘buenas noticias’, como el último reporte de empleo que mostró el robusto número de 428,000 nuevos puestos de trabajo creados en abril, los altos precios de los bienes de consumo diario y las rentas resienten el bolsillo de los trabajadores.
A finales del año pasado, el Índice de Precios al Consumidor (IPC, uno de los indicadores claves sobre inflación), medido de diciembre de 2020 a diciembre de 2021, mostró que los precios de todos los artículos aumentaron un 7%, el mayor cambio porcentual desde la misma medición (de diciembre a diciembre) desde 1981.
Durante ese año, los precios de los alimentos aumentaron un 6.3%, un aumento porcentual mayor que el aumento de 12 meses del 3.9% registrado en 2020.
Tal como lo había adelantado varios medios de comunicación, el plan propuesto por Biden ataca una propuesta del senador republicano por Florida, Rick Scott, al señalar que “han pedido un nuevo impuesto mínimo para la clase media -bomberos y profesores- que supondría una media de casi 1,500 dólares menos en los bolsillos de las familias cada año”.
El planteamiento de Biden, según la Casa Blanca, busca “reforzar Medicare dándole el poder de negociar los precios de los medicamentos recetados, el plan republicano del Congreso pondría a Medicare -además de la Seguridad Social, Medicaid, la Ley de Asistencia Asequible y otros programas críticos para las familias estadounidenses- en riesgo cada cinco años”.
La propuesta de Scott ha sido rechazada por el líder republicano Mitch McConnell, quien considera que puede ser dañina para las aspiraciones de su partido de recuperar el control de ambas cámaras del Congreso en las elecciones de mitad de período.
Biden endosa la subida de precios a “autócratas imprudentes como Putin”
El documento de la Casa Blanca dice que mientras el gobierno de Biden toma medidas para reducir el costo del gas y la energía y lograr la independencia energética, “los republicanos del Congreso no han presentado ningún plan real para reducir los costes energéticos”.
Para hacer frente a “la subida de precios de Putin en los surtidores”, se ha liberado un millón de barriles de petróleo al día de la Reserva Estratégica de Petróleo durante los próximos seis meses; se ha pedido a nuestros aliados que liberen otros 60 millones de barriles de petróleo de las reservas de otros países; se ha permitido la venta de gasolina E15 (que utiliza biocombustibles de producción nacional) este verano; y se ha pedido al Congreso que obligue a las empresas a pagar tasas por los pozos inactivos y las hectáreas no productivas en tierras federales, de modo que las empresas que sigan acumulando un exceso de capacidad tengan que elegir entre empezar a producir o pagar una tasa.
La Casa Blanca añade que se le ha pedido al Congreso que apruebe créditos fiscales para las energías limpias y los vehículos, así como inversiones que “reduzcan nuestra dependencia de autócratas imprudentes como Putin”, que ahorren a las familias unos 500 dólares al año en sus facturas de servicios públicos y que aceleren la innovación en materia de energía limpia de origen nacional, desde la producción de más energía limpia hasta el refuerzo de nuestras cadenas de suministro nacionales, que son fundamentales para la energía y el transporte limpios.
También señala la elaboración de normas de ahorro de combustible más estrictas para autos y camiones, así como inversiones para la transición a vehículos eléctricos.
La Fed y Biden contra la inflación
La declaración difunfida este martes por la Casa Blanca también indica que el presidente Biden es consciente de que “la Reserva Federal es la institución que desempeña un papel primordial en la lucha contra la inflación”.
Biden insta al Senado a confirmar a los candidatos propuestos para la dirección de la Fed para que sean aprobados “sin demora”.
La semana pasada, la Fed aprobó su mayor aumento de las tasas de interés en más de 20 años como medida para intentar reducir la inflación.
“Es nuestro trabajo asegurarnos de que una inflación… elevada no se afiance en la economía”, dijo la semana pasada el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, después de anunciar la subida de las tasas de interés de medio punto.
El documento de la Casa Blanca plantea que el gobierno cree que, en lugar de golpear más el bolsillo de las familias de clase media con más impuestos, es necesario reducir costos en las siguientes áreas:
Medicamentos recetados y de la atención sanitaria: arreglando el “fallo familiar” de la Ley de Atención Asequible, que ha hecho imposible que muchas familias utilicen el crédito fiscal de la prima para comprar un plan asequible y de alta calidad en el mercado; y pedir al Congreso que reduzca los costes de los medicamentos recetados y las primas de la atención sanitaria, incluyendo permitir que Medicare negocie los precios de los medicamentos, limitar el precio de la insulina, penalizar a las compañías farmacéuticas que suben los precios más rápido que la inflación, y hacer otras reformas necesarias para reducir los precios.
Reducir los precios de los alimentos ayudando a los agricultores estadounidenses a cultivar más y a competir más eficazmente: Pedir recursos para ayudar a los agricultores estadounidenses a impulsar la producción nacional de alimentos con el fin de evitar una posible crisis alimentaria mundial creada por la invasión no provocada de Rusia en Ucrania.
Reducir el costo de los productos cotidianos reparando infraestructuras, cadenas de suministro y fabricación: solucionar los cuellos de botella de la cadena de suministro en los puertos; ayudar a más trabajadores a encontrar empleos bien remunerados en el sector del transporte por carretera; hacer frente a las prácticas desleales de las compañías navieras mundiales; aplicar la histórica Ley Bipartidista de Infraestructuras y fomentar nuevas inversiones en Estados Unidos para los productos críticos que hicieron subir la inflación durante la pandemia.
Reducir el coste de los cuidados infantiles y de larga duración: pedir al Congreso que invierta en la reducción del coste del cuidado infantil y de los cuidados de larga duración.
Reducir el coste de la vivienda construyendo más casas: pedir al Congreso que invierta en la construcción de más de un millón de viviendas asequibles, incluso a través de un conjunto de créditos fiscales que han recibido apoyo bipartidista; ampliando y mejorando la financiación federal para la construcción de nuevas viviendas; y utilizando la financiación federal existente para recompensar a las comunidades que eliminan las barreras innecesarias que impiden la construcción de nuevas viviendas.
Fuentes del gobierno citadas en un reporte del medio Axios indicaron que en el gobierno sondean estrategias para atacar la inflación, entre las cuales se contempla reducir algunos aranceles que el expresidente Donald Trump impuso a productos elaborados por China. Pero en el documento distribuido por la Casa Blanca no se menciona este aspecto.
A fines de abril, portavoces de la Casa Blanca indicaron que se estaba evaluando el impacto que la política de aranceles ha tenido en el encarecimiento de las importaciones y en las complicaciones de la cadena de suministros, cuya interrupción es vista como uno de los factores que contribuye al encarecimiento de bienes y servicios.
Poco antes, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, había dicho en una interpelación del Congreso que “valía la pena considerar” el adoptar pasos para reducir los aranceles, una medida que consideraba que podría tener “efectos deseables” para reducir la alta inflación.
Fuente: Univisión
Written by: Editor
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