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today07/28/2021 28
El comité empezó su trabajo con una audiencia centrada en escuchar el relato de cómo cuatro policías trataron de defender el 6 de enero el edifico del Congreso invadido por una furiosa turba de simpatizantes del entonces presidente Trump.
Con el poderoso y emotivo testimonio de cuatro oficiales de policía que intentaron detener la turba de simpatizantes de Donald Trump que asaltó el edifico del Capitolio de Washington DC el 6 de enero, empezó sus funciones el comité selecto de la Cámara de Representantes encargado de investigar los sucesos de aquel día.
En la sesión de esta martes, los oficiales explicaron cómo se vieron desbordados por la violencia de la turba, parte de la cual había salido de un mitin que poco antes había ofrecido el entonces presidente a las afueras de la Casa Blanca, mientras en el Capitolio una sesión bicameral cumplia el protocolo de recibir los resultados certificados del Colegio Electoral que daban la victoria a Joe Biden en las elecciones de noviembre.
Pese a la presencia de dos representantes republicanos: Liz Cheney, de Wisconsin, y Adam Kinzinger, de Illinois, la comisión ha quedado dominada por miembros del Partido Demócrata, luego de que la minoría decidió boicotear el panel por la negativa de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de aceptar algunos de los nombres que proponían los republicanos para ocupar los cinco puestos que tenían asignados.
Aunque la crítica republicana es que la comisión carece de independencia y que su único fin es culpar a Trump de los eventos de aquel día. Los demócratas responsabilizan al entonces presidente de haber difundido la “Gran Mentira” de que había perdido las elecciones por culpa de un inexistente fraude y que eso contribuyó a movilizar la ira de sus simpatizantes.
En la sesión del martes, el comité escuchó el testimonio de dos agentes de la policía del Capitolio -Harry Dunn y el sargento Aquilino Gonell-, y dos oficiales de la Policía Metropolitana de Washington DC -Michael Fanone y Daniel Hodges.
Gonell empezó la audiencia ofreciendo el recuento más emotivo de cómo se desarrollaron los violentos eventos. En su testimonio, el sargento recordó a los congresistas su experiencia como militar en Irak y su condición de inmigrante venido de República Dominicana, y cómo fue llamado traidor por los insurrectos y hasta escuchó cómo algunos decían que debía ser ejecutado.
La estrategia de iniciar labores con el relato de los policías neutraliza las críticas conservadoras y, sobre todo, confronta a los republicanos que suelen presentarse como defensores de los uniformados, lo que les dificultaría en este caso cuestionar la validez de los testimonios y el sufrimiento de los agentes.
AQUILINO GONELL
SARGENTO POLICÍA DEL CAPITOLIO
“Mis colegas oficiales y yo fuimos golpeados, empujados, pateados, rociados con irritantes químicos, y hasta enceguecidos con láser dañinos para los ojos por una turba que aparentemente nos vio a nosotros, agentes de la ley, dedicados irónicamente a protegerlos a ellos como ciudadanos estadounidenses como un impedimento a su intento de insurrección”.
“Caí encima de algunos escudos de policía sobre el piso que estaban resbalosos porque habían sido rociados con gas pimienta y repelente para osos. Los insurrectos empezaron a tirarme por la pierna, por mi escudo, y las bandas de mi equipo sobre el hombro izquierdo. Mi instinto de sobrevivencia se disparó y empecé a patear y golpear mientras trataba en vano de lograr la atención de los agentes de la Policía Metropolitana que estaban detrás y encima de mí. Pero ellos no podían ayudarme porque también estaban siendo atacados”.
“Podía sentir cómo perdía oxígeno y pensaba para mi mismo: ‘Así es cómo voy a morir, pisoteado defendiendo esta entrada’”.
“Por primera vez estaba más asustado trabajando en el Capitolio que durante todo mi trabajo en Irak con el Ejército. En Irak esperábamos la violencia armada, porque estábamos en una zona de guerra. Pero nada de mi experiencia en el Ejército, o como oficial de la ley, me preparó para lo que confronté el 6 de enero”.
“Como inmigrante en Estados Unidos, estoy especialmente orgulloso de haber defendido la Constitución y nuestra democracia el 6 de enero. Espero que todos los que están en una posición de poder en nuestro país tenga el coraje y la convicción de hacer su parte al investigar qué pasó ese terrible día y por qué”.
HARRY A. DUNN
AGENTE PRIMERA CLASE POLICÍA DEL CAPITOLIO
“Más temprano esa tarde, un despacho de radio de la Policía del Capitolio anunciaba a todas las unidades que había un ‘100-100 activo’ en las cercanías del Comité Nacional Republicano. ‘100-100’ es un código policial sobre un paquete potencialmente explosivo. Entonces escuché llamados urgentes por la radio pidiendo agentes adicionales para atender el lado oeste (del Capitolio), una exclamación en una voz desesperada, diciendo que los manifestantes del lado oeste habría ‘roto la defensa””.
“Ahora era obvio que había una amenaza activa contra el Capitolio y rápidamente me puse mi placa metálica protectora del pecho (que pesa unas 20 libras) y, cargando mi rifle M-4, corrí por el lado norte hacia la terraza oeste del Capitolio y hacia los andamios de la ceremonia de inauguración (de Biden) donde tuve una amplia vista de lo que estaba pasando. Estaba impactado por lo que vi. En lo que parecía un mar de gente, oficiales de la Policía del Capitolio y de la Policía Metropolitana estaban envueltos en una pelea mano a mano con los insurrectos en el jardín oeste”.
“Vi a los alzados usar todo tipo de armas contra los agentes, incluyendo astas de bandera, rieles metálicos de bicicleta que habían destrozado y varios tipos de proyectiles. Los oficiales estaban siendo heridos en la pelea, muchos gritaban y varios estaban enceguecidos y tosiendo por los irritantes químicos que les rociaban en las caras”.
“Estaba físicamente exhausto y era difícil respirar debido a todos los aerosoles químicos que había en el aire. Más y más insurrectos estaban entrando al área de la presidencia de la Cámara de Representantes cerca de la Rotonda, algunos llevando gorras ‘MAGA’ y camisetas que decían ‘Trump 2020’. Les dije que salieran del Capitolio y en respuesta, gritaron: ‘¡No, no, esta es nuestra casa!’, ‘¡El presidente Trump nos invitó a venir!’. ‘¡Estamos aquí para detener el robo (de las elecciones)!’, ‘¡Joe Biden no es el presidente!’, ‘¡Nadie votó por Joe Biden!’”.
“Yo soy un oficial de la ley y mantengo la política fuera de mi trabajo. Pero en esas circunstancias respondí: ‘Bueno, yo voté por Joe Biden. ¿Mi voto no cuenta? ¿Yo no soy nadie?’ Eso disparó un torrente de insultos raciales. Una mujer con una camisa rosada de ‘MAGA’ gritó: ‘Ustedes lo escucharon muchachos, este nixxxr votó por Joe Biden’ Y entonces la masa, quizá alrededor de veinte personas se unieron gritando: ‘¡Maldito nixxxr!’”.
“Nadie jamás me había llamado nixxxr mientras vestía el uniforme de oficial de la Policía del Capitolio. En los días que siguieron el intento de insurrección, otros agentes negros compartieron conmigo sus propias historias de abuso racial que sufrieron el 6 de enero.”
MICHAEL FANONE
AGENTE POLICÍA METROPOLITANA DE WASHINGTON DC.
“Yo estaba en ese enormemente desbordado grupo de oficiales de la ley que protegía el Capitolio y la gente dentro de él. Fui agarrado, golpeado, electrocutado, todo mientras era llamado un traidor a mi país. Corría el riesgo de ser despojado de mi arma y ser matado con ella. Escuché a alguien decir: ‘Mátenlo con su propia pistola’. Todavía puedo escuchar esas palabras en mi cabeza hoy”.
“En un momento de la pelea fue sacado de la fila de agentes y metido en la multitud. Escuché a alguien decir: ‘Tengo a uno’. Me agarraron y me despojaron de mi radio, me quitaron las municiones que tenía asegurada en mi cuerpo. Empezaron a pegarme con sus puños y con algo que sentía como duros objetos de metal. Fui electrocutado una y otra vez con un taser. Estoy seguro de que estaba gritando, pero pienso que ni siquiera podía escuchar mi propia voz”.
“Me torturaron. Me golpearon. Me golpearon con un taser en la base de mi cráneo en numerosas ocasiones. Y continuaron haciéndolo, hasta que grité que tenía hijos. Y dije eso con la esperanza de apelar a la humanidad de algunos de esos individuos y, afortunadamente, algunos intervinieron e intervinieron en mi nombre”.
“Siento como que fui al infierno y regresé para protegerlos a ellos (los congresistas republicanos que minimizan lo sucedido) y a muchos en esta sala (…) y ahora me dicen que el infierno no existe o que el infierno en realidad no es tan malo. La indiferencia mostrada a mis colegas es una desgracia”.
“Nada, realmente nada, me preparó para dirigirme a esos miembros electos de nuestro gobierno que continúan negando los eventos de ese día y, al hacerlo, traicionan su juramento”.
DANIEL HODGES
AGENTE POLICÍA METROPOLITANA DE WASHINGTON DC.
“Para mi perpetua confusión, yo vi la bandera con la delgada línea azul, un símbolo de apoyo a las fuerzas de la ley siendo portada más de una vez por los terroristas, mientras ellos ignoraban nuestras órdenes y seguían atacándonos”.
“Era claro que los terroristas se percibían a sí mismos como cristianos. Yo vi una bandera cristiana directamente frente a mí, otras de ‘Jesús es mi salvador’. ‘Trump es mi presidente’. Otra de ‘Jesús es Rey’”.
“Hombres que juraban ser veteranos nos dijeron que ellos habían peleado por este país y que estaban haciéndolo de nuevo. Otro hombre trató de empezar un canto de ‘Otros cuatro años’. Otro gritó: ‘No nos ataquen, no somos Black Lives Matter, como si la afiliación política es la manera cómo determinamos cuándo usar la fuerza”.
Fuente: Univison
Written by: Editor
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