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La corporación, que es responsable de hasta del 20% de la producción de carne en estados Unidos, aseguró que sus equipos están trabajando para que todas las operaciones regresen a la normalidad este miércoles. La Casa Blanca atribuye nuevamente el ataque a piratas informáticos rusos.
El gigante cárnico JBS, uno de los mayores procesadores de carne del mundo, es la última víctima de un acto piratería informática a gran escala: su filial estadounidense dijo haber sido extorsionada mediante un ciberataque que cree que se originó en Rusia y le obligó a suspender parte de su producción en Australia, Estados Unidos y Canadá.
«JBS USA ha sido objeto de un ataque de ciberseguridad organizado, que afectó a algunos de los servidores que soportan sus sistemas informáticos de América del Norte y Australia», dijo la compañía en un comunicado difundido el lunes.
La empresa aseguró que están reanudando las actividades y la «gran mayoría» de sus plantas estarían «operativas» este miércoles.
«Nuestros sistemas están volviendo a estar en línea y no estamos escatimando recursos para combatir esta amenaza», dijo Andre Nogueira, jefe de la filial estadounidense.
Según datos del sector, JBS es responsable de hasta el 20% de la producción de carne procesada en Norteamérica.
La página web de la compañía indica que tiene nueve instalaciones en EEUU, donde son el segundo productor de carne de cerdo fresca y también el segundo mayor productor de pollo del país, con operaciones en 14 estados y Puerto Rico.
Este ciberataque se produce menos de un mes después de otro que causó el cierre temporal del operador de oleoductos Colonial Pipeline, que suministra alrededor del 45% del combustible consumido en la costa este de Estados Unidos.
El cierre de Pipeline provocó compras por pánico en algunos estados del país al quedar paralizadas las operaciones de la compañía que cada día transporta hasta 2.5 millones de barriles de gasolina, diésel y combustible de aviación desde las refinerías del Golfo de México a grandes áreas del país.
Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, señaló que el gobierno de Joe Biden ofreció asistencia a JBS, y que el Departamento de Agricultura ha hablado varias veces con los encargados de la empresa.
«La Casa Blanca está en contacto directo con el gobierno ruso sobre este tema y envía el mensaje de que los Estados responsables no albergan a criminales de ‘ransomware'», afirmó la portavoz.
Las vulnerabilidades informáticas de Colonial Pipeline llevaron la semana pasada al gobierno de Biden a imponer por primera vez requisitos de ciberseguridad en los oleoductos.
Los incidentes de JBS y Colonial Pipeline ocurren tras el ciberataque a la compañía de software SolarWinds en 2020, atribuida a un grupo respaldado por el Estado ruso.
La semana pasada, Microsoft advirtió que el grupo detrás del ciberataque a SolarWinds había resurgido con una serie de ataques a agencias gubernamentales, centros de expertos, consultoras y otras organizaciones.
«El panorama de la seguridad cibernética está en constante evolución y debemos adaptarnos para abordar las amenazas nuevas y emergentes», dijo el pasado jueves el secretario del Departamento de Seguridad Interior (DHS) estadounidense, Alejandro Mayorkas, en un comunicado.
El ataque fue detectado por la australiana JBS el domingo y afectó a «algunos de los servidores que apoyan los sistemas de TI en Norteamérica y Australia», según un comunicado de la compañía, que no especificó si se trató de un «ransomware» como el sufrido en mayo por Colonial Pipeline, la mayor red de oleoductos de EEUU.
El «ransomware» es un esquema que se aprovecha de las fallas de seguridad de un sistema informático para bloquearlo y exigir luego un rescate para reanudarlo.
El ataque a Pipeline finalizó cuando la empresa pagó 4.4 millones de dólares a los piratas informáticos para desbloquear sus sistemas, según reconoció la propia firma.
La filial de JBS recibió la demanda de «una organización criminal probablemente con sede en Rusia» luego de un ataque que afectó sus operaciones en Australia y Norteamérica, explicó una portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Las autoridades estadounidenses acusaron del anterior ataque a Pipeline al grupo denominado DarkSide, compuesto por cibercriminales presuntamente con base en Rusia, algo que Moscú niega.
En el comunicado de este martes, JBS dijo que cuenta con planes de ciberseguridad «para hacer frente a este tipo de problemas y los estamos ejecutando con éxito».
«Dados los progresos que nuestros profesionales de TI y los equipos de planta han realizado en las últimas 24 horas, la gran mayoría de nuestras plantas de carne de vacuno, cerdo, aves de corral y alimentos preparados estarán operativas mañana», dice el texto.
Varias plantas de la empresa en Estados Unidos se vieron afectadas.Una planta en Wisconsin informó que no habría producción el lunes. Otra planta en Utah tampoco estaba operando.
En Iowa una planta quedó con cuatro departamentos sin operar, mientras que las unidades restantes funcionaban normalmente.
El sindicato United Food and Commercial Workers, que representa a los trabajadores en Colorado y Wyoming, indicó que los turnos de «matadero» y «fabricación» fueron cancelados el lunes.
JBS señaló que los servidores de respaldo de la compañía no se vieron afectados por el ataque y que sus técnicos estaban trabajando para restaurar los sistemas.
La división de JBS en Canadá canceló algunas operaciones el lunes y la madrugada del martes, pero luego indicó en Facebook que reiniciaría la producción normalmente.
En Australia, el ataque cibernético causó el martes la cancelación de los turnos de trabajo de miles de trabajadores por segundo día consecutivo. JBS tiene 47 instalaciones en Australia y emplea en el país unas 11,000 personas. Hasta el 70 % de la producción de JBS en Australia está destinada a la exportación.
El parón en las plantas de procesamiento de JBS en Norteamérica puede provocar problemas de suministro de carne en Estados Unidos, Canadá y otros países así como la subida de los precios de los productos cárnicos.
JBS cuenta con 9 plantas de procesamiento en carne de vacuno, 5 de carne de porcino y 26 de pollo en Estados Unidos.
Antes del ataque, los precios de la carne en Estados Unidos estaban subiendo debido al coronavirus, el mal tiempo y el elevado absentismo en las plantas.
Trey Malone, profesor adjunto de agricultura en la Universidad Estatal de Michigan, dijo al diario The Washington Post que la interrupción podría aumentar aún más los precios de la carne antes de las barbacoas de verano.
El Departamento de Agricultura estima que los precios de la carne de vacuno subirán entre un 1% y un 2% este año, los de las aves de corral hasta un 1.5% y los del cerdo entre un 2% y un 3%.
Fuente: Univision
Written by: Editor
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