La ley, aprobada con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, establece que las mujeres y otras personas con identidades de género con capacidad de gestar tienen derecho a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo hasta la décimocuarta semana de gestación.
El Senado de Argentina aprobó la legalización del aborto, con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, anunció la presidenta de esa cámara Cristina Kirchner este miércoles, dos años después de que fracasase una iniciativa similar.
«Se convierte en ley y se gira al poder Ejecutivo», declaró Kirchner al cabo de más de doce horas de debate.
La ley establece que las mujeres y otras personas con identidades de género con capacidad de gestar tienen derecho a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo hasta la décimocuarta semana de gestación. Pasado ese plazo, el aborto será legal solo en los casos de embarazo por violación o riesgo de vida para la gestante.
La Cámara de Diputados le había dado media sanción al proyecto el pasado el 11 de diciembre.
El proyecto representa un fuerte cambio respecto a la situación actual en la que solo se permite abortar legalmente si la mujer sufrió una violación o corre peligro su vida, y autoriza la objeción de conciencia de los facultativos que no quieran participar del aborto, pero siempre que deriven con rapidez a las pacientes a otros profesionales que lo lleven a cabo.
Al conocerse el resultado de la votación, la multitud de personas congregadas a las puertas del Parlamento dentro de la marea verde -como se conoce a los grupos que apoyan la legalización- lanzaron gritos de júbilo y emoción, en contraste con la decepción de los celestes o colectivos «provida», que rechazaban su aprobación.
El objetivo es reducir los abortos clandestinos
Esta es la segunda vez en la historia que un proyecto para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo se debate en el Congreso argentino, después de que en 2018 un texto similar pero elaborado por una plataforma civil, lograra ser aprobado por los diputados, pero no por el Senado.
Un año después, el actual mandatario, Alberto Fernández, prometió en su campaña electoral impulsar una nueva ley, con el fin principal de reducir los abortos clandestinos, que arriesgan la vida de las mujeres, especialmente las que no pueden costear clínicas privadas donde, a pesar de ser ilegal, lo practican de forma segura.
El gobierno calcula que ocurren entre 370,000 y 520.000 abortos clandestinos anuales, en un país de 45 millones de habitantes. Desde la restauración democrática en 1983, hubo más de 3,000 mujeres que fallecieron en procedimientos inseguros.
La sanción definitiva de ese proyecto lograda hoy representa, tras las negociaciones políticas que llevaron a cosechar más apoyos que hace dos años, un éxito para el presidente tras un difícil 2020 marcado por la pandemia del coronavirus y la imposibilidad de salir de la grave recesión que arrastra el país desde 2018.
Si bien se esperaba un resultado ajustado o incluso la posibilidad de darse un empate, hasta el último momento hubo conversaciones para ampliar la ventaja, con promesas de ligeros cambios en el proyecto. Y finalmente algunos indecisos o posicionados en contra del texto decidieron cambiar de opinión y votar a favor.
Júbilo y decepción
El voto en la madrugada fue acompañado por miles de militantes feministas, que saltaron y lloraron de emoción. Además de las que estaban en la plaza, muchas otras salieron a sus balcones a festejar.
«Después de tantos intentos y años de lucha que nos costaron sangre y vidas hoy por fin hicimos historia. Hoy dejamos un lugar mejor para nuestros hijos y nuestras hijas», dijo Sandra Luján, una psicóloga de 41 años que hizo vigilia con las jóvenes de pañuelo verde, que identifica a la campaña por el aborto, citada por la AFP.
En contrapartida, la senadora Gladys González, del opositor Juntos por el Cambio y católica practicante, manifestó: «¿Por qué queremos imponer por ley lo que no podemos impedir con nuestra religión?».
La oposición a la interrupción voluntaria del embarazo, que adoptó el color celeste, tuvo como abanderadas a la Iglesia Católica y a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas, promotoras también de masivas marchas callejeras y de misas al aire libre.
Con la aprobación de este miércoles, Argentina, país natal del papa Francisco, se convierte ahora en el más grande de América Latina en legalizar el aborto, que también está permitido en Uruguay, Cuba y Guyana, así como en Ciudad de México.
Fuente: Univisión
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